No había porque temer,
el campo resultaba inmenso,
mis alas pequeñas ...
pero el viento se volvía mi cómplice ...
Cuéntame un algo que nos mantenga juntas
en el recuerdo de las mil palabras dichas ...
Las mil palabras que hoy se vuelven viento,
el viento que me de impulso para atravesar el mar ...
Aquel mar que nunca dejo de pronunciar mi nombre,
aquel mar que reclama ... aquel que quiere ... aquel que no descansa ...
ELEPHANT BLEUTÉE
Para las mujeres que no sólo me dieron sus palabras y me enseñaron mas de lo que ahora puedo agradecer ...
María Trinidad Espinosa
Irene Serrato
Socorro Miranda
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